Mayores y jóvenes: una clase de vida en la UA

Mari Carmen Molina (*)

Un día Concha Bru, la directora de la Universidad Permanente de la Universidad de Alicante (UPUA), nos propuso a alumnos de la misma si queríamos asistir como protagonistas y por ser mayores a una clase para explicar nuestra actual vida a alumnos de la propia universidad de primer curso de Servicios Sociales, ya que cuando tengan que ejercer su profesión, los mayores serán sus “clientes” y tienen que saber cómo somos. Como me apunto a muchas cosas de las que me proponen y porque me parecía una experiencia interesante, le dije que contara conmigo.

El día que había que asistir a la clase fui a la Universidad con otro compañero, José Rubio, ya que ambos estaríamos en la misma clase. Concha nos presentó al profesor  Roberto Mohedano que, por cierto, me pareció encantador. En la clase había unos 40 alumnos, de unos 18 años más o menos. Al principio nos miraban expectantes: ¿qué nos vendrán a contar?, imagino pensaban.Roberto nos presentó a su vez a los alumnos y nos dijo que les explicáramos como es nuestra vida de mayores y cuáles son nuestras experiencias. Yo, les comenté qué hago en la actualidad y cuál es mi vida. Voy a las clases de la Universidad Permanente, que son cursos que se dan para la integración social y cultural de las personas mayores de más de 50 años formándose a la largo de toda la vida, actividad que me parece resulta muy interesante. De este modo  estoy estudiando y aprendiendo mucho, cosa que durante mi vida laboral no pude hacer y que había querido llevar adelante toda mi vida.

Además, les dije que participo en muchas actividades, todas aquellas que puedo, claro, ya que no puedo asistir a todas las que me gustaría, porque la vida de jubilada me ocupa mucho tiempo. Y les comenté que también hago senderismo. Para mi los miércoles me los dejo para esta actividad, que me gusta mucho, tanto que me he recorrido casi todas las montañas de Alicante y muchas de los Pirineos, porque me encanta estar en contacto con la naturaleza, ver animales en libertad. Otras de mis pasiones son viajar, quedar con amigos para tomar café, lógicamente no por el café en sí, sino porque considero que es muy importante relacionarte con la gente para poder cambiar impresiones, ideas, etc.. Igualmente les dije que ando todos los días como mínimo una hora porque considero que esta actividad es muy importante para mantenerte bien, y en mi caso, de hecho no tengo que tomar pastillas porque me encuentro muy bien.

Conforme íbamos hablando pude comprobar cómo los estudiantes escuchaban entusiasmados. Nos hicieron muchas preguntas. Algunas de ellas se referían, por ejemplo, si al ser mayores y estar cerca de la muerte qué pensábamos de ella; si a esta edad se tienen relaciones sexuales; si cuando era joven también me gustaba la montaña, qué pienso de la medicina alternativa, etc. Durante la hora y media que duró la clase existió un intercambio de ideas que yo considero bastante interesante, y al final de la misma, incluso, nos aplaudieron.

En resumen, para mi fue una experiencia muy agradable, se vivió la intergeneracionalidad, creo que todos –ellos y nosotros- nos aportamos cosas, de modo que me gustó mucho el interés que pusieron los alumnos al escucharnos y para nada sentí que nos miraran como. “estos viejetes que vienen a contarnos”. Mi reflexión final es que no sé porque se piensa que la gente joven no tiene interés en las cosas, aquí demostraron que no es así y que ellos están estudiando para hacer algo que realmente les gusta.

(*) Mari Carmen Molina Serrano es alumna de la UPUA y de MAYMECO